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Artículos

Una segunda vida para la madera

Hace 30 años Clara Angarita se dedica a transformar la madera de demolición en diversos artículos para el hogar, como espejos, baúles, cofres, repisas y percheros “Yo veo una ventaja vieja, un pasamanos roto, una puerta abandonada y me imagino todas las cosas que puedo hacer”. 

Ella aprendió de su padre, quien a su vez lo aprendió de un antioqueño que llegó a Punta Larga, donde actualmente vive con su familia. Ella orgullosamente admite ser una mujer carpintera, de las pocas que hay en Boyacá, aunque sabe que no es un trabajo fácil, ha ido perfeccionándose con el pasar de los años.

“Cuando uno encuentra esa madera tiene puntillas, piedritas, varias capas de pintura, entonces el trabajo es complejo. Yo por ejemplo lo raspo con soplete a gas y todo lo demás es manual, por eso lo trabajo muy despacio, porque todo lo que hago lo hago con amor, no hay uno igual a otro”, asegura.

Una pieza única que hace a mano, con sus propios diseños que ella elabora en la madera y comercializa, en el corredor turísticos de la vereda Punta Larga de Nobsa. 

Aunque Clara está orgullosa de su labor como artesana, se duele de saber que con ella termina la tradición que hace más de 50 años ha conservado su familia. “Yo tengo dos hijos, un muchacho de 28 años y una niña de 12, pero a ellos la madera no les llama la atención”.

Clara será una de las expositoras del espacio de mercados solidarios en el Bazar la Confianza el próximo 16 de octubre en el colegio Guillermo León Valencia de Duitama. 

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