El Club de Tejido Luna Crochet es el espacio creado por dos amigas: Johana y Andrea, quienes vieron en este arte ancestral la forma no solo de tener un emprendimiento sino de acompañar a muchas personas desde las manualidades, la conversación y el compartir saberes.
“Aparte de que vendemos los insumos y los productos ya terminados, aquí en Paipa brindamos un espacio para todas las tejedoras del departamento y las que quieran venir de afuera, para que se sientan en una comunidad, ya que tejer es una terapia que nos libera el estrés, nos quita las angustias y nos ayuda a conocernos a nosotros mismos”, explicó Johana
Luna Crochet nació en enero de este año y ya son más de 40 personas, entre niños y niñas, mujeres y hombres, las que con aguja y amor tejen alrededor de este proyecto. “La idea comenzó como un chistecito con mi mejora amiga. Yo aprendí a tejer desde niña, pero la verdad no me gustaba. Mi mamá me decía teja, yo que no; pero un día vi el tema de los amigurumis y me gustó mucho la idea. Entonces empecé como todos empezamos prueba y error, prueba y error y teja y teja. Ya después viendo la necesidad estando sola en mi casa en pandemia, le dije a mi amiga que montáramos un club, donde no solamente vendiéramos, sino que enseñáramos. Entonces mi amiga no sabía tejer, ella fue mi primera alumna y hoy ya está certificada”, asegura entre risas Johana.
La paciencia es la clave del tejido, esto se lo recuerda Johana a sus alumnos y alumnas, quienes entre puntada, chisme y risas van moldeando figuras de todos los colores y de todo tipo.
“Sí realmente sí, la paciencia lo es todo. Pero hay otro estigma dicen que tejer es solo para abuelitas y eso no es cierto; por eso les pedimos una mejor actitud y que se dejen llevar por el oficio”
Luna Crochet estará en el Bazar de la Confianza en el espacio de Mercados Solidarios; allí dictarán un pequeño taller de tejido para que las personas apasionadas y las que se quieran apasionar por el crochet puedan dar la primera puntada a las ganas de aprender.