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“Lo que somos y lo que hacemos,Siempre será una fiesta”

Qué mejor forma de describir el Bazar de la Confianza que como: “La gran fiesta de la familia CONFIAR” como se lee en los proyectos que dan cuenta de él, como lo entienden quienes tejen la fiesta, y mejor aún como se escucha decir a muchos de los asistentes. Y es que el Bazar es justamente eso, fiesta, alegría, ocio creativo, diversión y goce, pero a su vez es espacio de construcción de tejido social, lugar de encuentro – con uno mismo y con el otro – de reflexión y acción política, escenario de transformación social y cultural, espacio para las prácticas asociativas y de economía solidaría, en pocas palabras, nos permite respirar y respirar y sentir un ambiente de un mundo nuevo.

El Bazar es tejido por muchas manos, sus hacedores son los empleados, asociados y ahorradores, los becados, las organizaciones sociales, populares y comunitarias, las corporaciones, asociaciones y organizaciones artísticas y culturales, entidades educativas, redes solidarias, redes eco-ambientales, caminantes, grupos y asociaciones de mujeres, grupos juveniles, entidades cooperativas, corporaciones de promoción popular y sindical, entre muchos otros, lo que le da ese toque de diversidad, inclusión y respeto por la otredad. La fiesta está pensada y trabajada como algo más que simple espectáculo, cada uno de los espacios está diseñado para invitar a la reflexión, para que las personas dejen un poco de lado el afán del día a día y transiten el lugar con calma, con tiempo, son invitadas a participar de los espacios y a permanecer allí; se rompe con la banalización de la cultura imperante en la actualidad, se rescatan las prácticas artísticas, culturales y artesanales como elementos que generan identidad, que construyen tejido social, y que son práctica política en la medida que cuestionan la realidad y proponen nuevos sentidos.

Aunque se cuenta aproximadamente con trece espacios simultáneos para el disfrute de los asistentes, no se convierte el espacio en un lugar saturado de ruidos, sino que por el contrario se conserva muy acústico y natural para que la gente pueda disfrutar del ambiente que ofrece el Jardín Botánico, así como tampoco se transforma en un lugar de consumo (o consumismo exagerado), sino que se da lugar a la economía solidaria y alternativa, son procesos cooperativos, familiares, artesanales , agro-ecológicos y solidarios los que asisten a mostrar y promocionar lo que hacen, se impulsa el comercio justo y el consumo responsable. Cada espacio tiene su enfoque y su intencionalidad, en una gran tarima se reúne artistas y agrupaciones para el deleite de los asistentes; la carpa del Circo Medellín alberga sus artistas y funciones habituales alternadas con otros colectivos circenses y teatrales de la ciudad y las regiones; Contactos con la Naturaleza invita a disfrutar del ambiente, a relajarse, a los programas de caminantes, entre otras actividades; Viaje, descanso y salud además de invitar a disfrutar del Centro Social y Recreativo El Paraíso de Confiar, invita al descanso, a armonizar el cuerpo, a tener practicas saludables; Café Arte promueve la reflexión de diversos temas desde la literatura, el cine, y otras formas de arte; el Festival Gastronómico ofrece variedad de alimentos, dulces y bebidas; el Rincón de mi
Pueblo da lugar a los mercados campesinos, muestras agro-ecológicas y artesanales; el espacio de Redes Solidarias permite a las organizaciones sociales, populares y comunitarias, contar de su trabajo y quehacer político; Expresión Joven tiene variedad de talleres y muestras que fomentan el ocio creativo y prácticas cooperativas; los artistas itinerantes reparten sonrisas, alegría y color por cada espacio y cada rincón del jardín; y así se teje una sola red con multiplicidad de opciones, sabores y colores que hacen del Bazar un espacio diferente que se erige y cada vez se consolida más como un evento cultural de ciudad.

Además de las personas que tejen el bazar, a la fiesta asisten los asociados, ahorradores y personas con relación directa o cercanías a Confiar rodeados de sus familias, se pueden observar en el Jardín niños y niñas, jóvenes, adultos, viejos, todos haciendo parte de la misma fiesta, del mismo encuentro, participando como familia en los diferentes espacios, y es esa una de las razones que nos permite hablar de la fiesta de la familia Confiar, y es que el Bazar se vive en familia; también, en todo el lugar se respira un aire de complicidad y camaradería, todos están allí para gozar, aprender, ser y compartir, los rostros amables, las sonrisas, los apretones de mano, el encuentro con amigos y conocidos que no se veían hace algún tiempo van y vienen, incluso el encuentro con quienes no conocemos es motivo de alegría y regocijo, y de esta manera las relaciones entre los asistentes se van configurando como una gran comunidad cooperativa que va más allá del vínculo de familia o de amigos, el elemento articulador es que todos hacemos parte de la Cooperativa CONFIAR. Este elemento es uno más que permite alzar la voz para decir: “El Bazar de la Confianza, es el bazar de la Esperanza”.

En resumen – como concluiría José en la crónica sobre el Bazar de Ricardo Aricapa – “el Bazar de la Confianza viene a ser el espejo en el que cada año Confiar se refleja de cuerpo entero; una gran puesta en escena de toda la variedad social que arropa bajo su carpa; el espacio donde sus organizaciones y su gente muestran lo que son y lo que hacen, y exhiben sus producciones, sus saberes y sus sueños”.

Un poco de historia. 
EL bazar de la confianza se viene realizando año tras año (con tal solo una excepción) desde 1999; desde tiempo atrás Confiar organizaba fiestas que permitieran el encuentro entre sus asociados y apoyaba diversos eventos de ciudad pero nunca antes se había embarcado en una empresa de tal magnitud y de tal impacto a nivel cultural y social. Se vivía en aquella época un momento crítico para la economía nacional y especialmente para el sector cooperativo, una coyuntura así exigía a las cooperativas y demás entidades económicas de carácter solidario hacer un alto en el camino y evaluar el trabajo que se venía haciendo además de preocuparse por sobrevivir a las dificultades y renovarse para cumplir con las nuevas exigencias que se les hacían. Es en este punto que Confiar ve una oportunidad de unificar todas estas fiestas, de estructurar en un gran evento que reuniera a todos quienes hacían y hacen parte de este sueño. Se configura así el primer Bazar de la Confianza del que participaron unas seis mil personas entre empleados, asociados y miembros de organizaciones sociales, populares y comunitarias que venían articulando su labor con la de Confiar.

En 1999 hicimos historia, por primera vez un gran número de procesos económicos, sociales, culturales y artísticos se unieron entorno a una fiesta, pero no a cualquier fiesta… a una que reivindicaba el ser solidario, que invitaba a creer en otro mundo posible y re-significaba el ocio y la diversión. No es cualquier cosa en un país como el nuestro y más aún en un momento de crisis general que se dé algo de esta naturaleza, que se una sentido crítico y esparcimiento, política y arte en un mismo lugar. De ahí en adelante Confiar ha logrado mantener el espíritu vivo, logró sobrevivir a esa coyuntura y a muchas más y cada año, ha logrado sacar adelante el Bazar de la Confianza cada vez más de la mano con el proyecto
político de Confiar y fortalecerlo como el evento de ciudad más grande hecho con recursos propios tanto económicos como humanos.

El Bazar en términos políticos. 
Hablar del Bazar de la Confianza ineludiblemente es hablar de política, no de esa de elecciones burocráticas y de cargos públicos, sino de la que construye la gente día tras día, a mano y sin permiso, desde la base y haciendo resistencia a los modelos de vida que se imponen; el Bazar es espacio de utopías, de apuestas políticas concretas, en él se sigue haciendo posible lo imposible, se siguen encontrando los procesos y proyectos para hablar de Solidaridad como algo que trasciende de la caridad, y se entiende como elemento transformador de la sociedad. Desde el primer Bazar de la Confianza han sido muchas las cosas que se han transformado en la búsqueda por construir una fiesta cada vez mejor pensada y más acorde con los principios de la solidaridad y el cooperativismo, son muchas las organizaciones que han participado en la planeación y desarrollo del Bazar todos estos años, muchas las personas que han aportado a la cimentación de este proyecto, muchos más lo que han aprendido y disfrutado del producto final de tanto esfuerzo.

En términos concretos, el Bazar se enmarca dentro de dos objetivos estratégicos:
La Participación y Gobernabilidad en el sentido de “Elevar y mantener altos niveles de participación y compromiso de los Asociados, de los Delegados, los Directivos y los Empleados, para garantizar la gobernabilidad institucional y el cumplimiento de la formulación estratégica, y desarrollar un plan integral de educación y cultura dirigida a los diferentes grupos de la base social de CONFIAR que faciliten una visión compartida y la participación activa en este proyecto”; y La Construcción de Pensamiento Solidario pensado como “Contribuir a la
construcción y fortalecimiento de un pensamiento solidario y colectivo por medio del fomento de la cultura solidaria, la integración, las alianzas estratégicas y la participación en acciones públicas”.

Para lograr estos objetivos y dada la naturaleza de la fiesta, año a año se han ido posicionando unos ejes políticos que son transversales a todo el Bazar, de alguna manera podríamos decir que un eje articulador, es la exaltación de la vida, y más aún la lucha por una vida digna y defensa de ella, porque estar vivo no es la vida y merecemos permanecer pero en una visión del buen vivir. cada vez es más fuerte la convicción de que el agua es un derecho fundamental y por eso se ha dicho un rotundo NO a la mercantilización del agua, en el Bazar no se comercializa agua embotellada; consientes de la importancia de tener unas relaciones diferentes con el ambiente, se vienen realizando enormes esfuerzos por posicionar la campaña de Bazar cero residuos, y a pesar de ser en evento de gran magnitud se ha logrado un tratamiento adecuado de los residuos generados como
muestra de que si son posibles los eventos grandes que no dañan la naturaleza, el interés de no contaminación pasa también por no saturar el Jardín de ruido y algarabía, sino que debe ser un espacio en el que se puede ser y expresarse; desde el Rincón de Mi Pueblo especialmente, pero transversal a todos los espacios, se está realizando una apuesta por la soberanía alimentaria, la producción agro-ecológica y libre de transgénicos; gran apoyo a los jóvenes y sus propuestas y apuestas; intento de consolidar redes de solidaridad y comercio justo pasando también por el énfasis en el consumo responsable; la puesta en escena de las organizaciones sociales, populares y comunitarias, sus luchas y construcciones; entre otras apuestas que cada vez van ganando su lugar entre los asistentes y en la ciudad como tal. En el Bazar de la Confianza hacemos el camino al andar.

El Bazar es y seguirá siendo un punto de encuentro entre la teoría y la práctica, entre el discurso y la utopía, se ha convertido para quienes hacen parte de forma directa o indirecta en una manera de recargar energías y redescubrir que no estamos solos, que somos muchos quienes luchan por un mundo diferente, más justo, más digno, más humano. Es para muchos otros que carecen en su diario vivir de momentos de ocio en una oportunidad para aprender y disfrutar a través de la lúdica y el juego. Confiar, a través del Bazar de la Confianza nos brinda un escenario de recreación y descanso de la cotidianidad irreflexiva en que vivimos, una oportunidad de acceder al arte, la cultura y al pensamiento y la acción política que se nos niega a diario. El Bazar de la Confianza nos recuerda cada año que más allá de resistir, de lo que se trata es de revolucionar la forma en que nos
relacionamos con el otro, con la naturaleza y más aún con nosotros mismos, no es sólo un paso adelante en el camino de la transformación social, es la muestra viva de que si se puede y de que en el ámbito social no hay verdades únicas ni únicas son las maneras de emancipar.

Para Confiar son muchos los beneficios que le reportan los bazares y muchas las enseñanzas que le deja cada uno de ellos. Las cifras demuestran que no son muchas las personas que se asocian durante el bazar, imposible saber cuántas lo hacen después por causa de este, pero es más que clara la cohesión que genera entre quienes ya son asociados a la cooperativa, la dicha que genera en cada uno de los asistentes y lo mucho que se conoce en tan solo un día. La visibilización de las luchas y la expresión viva de la diversidad no son poca cosa, el que el bazar sea capaz de generar un espacio en el que todos somos iguales más allá de las diferencias económicas, sociales, culturales, de género, religión o alineación política es ya argumento suficiente para decir que vale la pena todo el esfuerzo, todo el tiempo, la dedicación y la inversión económica que se le destina desde la Cooperativa y la Fundación y la mera pervivencia del Bazar en el tiempo carga de sentido la existencia de las mismas.

El Bazar de la confianza representa el sentido político de Confiar y se convierte en expresión de sus convicciones y apuestas además de aportar al fortalecimiento de su organización.

Cada año por un día, en un pequeño lugar del mundo la revolución triunfa, el mundo se transforma y existimos al fin felices, al fin libres.

Articulo elaborado por:
Verónica López
Asociada y estudiante becada Confiar
Agosto de 2013