Skip to main content

Aún no tiene nombre, pero sí un sabor definido. Sus notas de miel hacen que el trago frío baje por la garganta suave sin perder la calidad de una cerveza artesanal. En su envase aparece la etiqueta verde con la imagen de un cusumbo, un animal que habita las montañas de las selvas antioqueñas y que vive en riesgo por cuenta del hombre.

En esa misma etiqueta, explica que esa cerveza cuenta con 5,5 grados de alcohol, que es una pola de recete típica americana, pero hecha en las montañas de Anorí, Antioquia, por firmantes del acuerdo de paz en la vereda La Plancha. Curiosamente, en una esquina del Jardín Botánico de Medellín, los clientes se acumulan como si fueran abejas para probar la nueva cerveza, al punto que en pocas horas se agotaron las frías. ¿Cómo se llama la cerveza? Todos preguntan y todos obtienen la misma respuesta: -Aún no tiene nombre, pero puedes proponer uno-, dice Daniela, una de las líderes del proyecto.

Todo es curioso, una cerveza sin nombre de una cervecera sin nombre es la más apetecida del sector de Economías para la Paz en el Bazar de la Confianza. “Esta idea surgió luego de Miel de la Montaña, que es otro proyecto productivo de los firmantes de la paz, pero no toda la miel se comercializaba debido al invierno, entonces un compañero propuso hacer cerveza a base de miel. Quedó tan rica que vimos la oportunidad de producirla”, dijo Daniela Callejas Villa.

El proyecto une a los excombatientes de la extinta guerrilla de las Farc y la comunidad de Anorí, que además tiene una intención para la conservación por los recursos naturales de la zona.

En diciembre iniciaron las capacitaciones para la producción, ya lanzaron la primera cerveza gracias al apoyo de la Cervecería La Popular en Bogotá, y actualmente se encuentran en el montaje de la fábrica en Anorí. Yair, un excombatiente, ahora atiende a los clientes. A todos les explica el proceso de dejar las armas, apostarle a la paz, invertir en sus proyectos productivos, insistir en ellos y apoyar a la economía de su región. “Todo el proceso ha sido complejo porque ha faltado apoyo, también hay gente que señala sin razón. Pero también nos hemos encontrado con mucha gente que respalda, que cree, que nos anima a seguir adelante”, dice.

Los primeros clientes de la cerveza propusieron el nombre de “La cusumba”, pero aún no es seguro que se llame así. Lo único cierto es que su sabor endulzó la tarde de muchos en el Bazar de la Confianza, que están listos para competir en un mercado de la cerveza artesanal que viene en crecimiento en Colombia y que, por la paz, siempre se debe brindar.